Si de tender puentes se trata, Javier Milei no parece ser la persona indicada. El presidente argentino pronunció un discurso extremista en el Foro Económico de Davos y seguramente generó ilusión en los que comparten sus "ideas de la libertad". Sin embargo, sus palabras fueron provocadoras y agigantan el sapo que le están pidiendo tragar a algunos legisladores de la oposición. Al defender los monopolios, demonizar a la política, responsabilizar al Estado por los defectos del mercado y atacar ideas como el feminismo y el ambientalismo, Javier Milei complica las negociaciones de sus representantes en el Congreso de la Nación.
El desprecio de Javier Milei por la dirigencia política es evidente. Pero al mismo tiempo le pide a sus funcionarios que consigan que esa misma dirigencia política apruebe en el Congreso de la Nación la Ley Base que reforma el funcionamiento del Estado. Durante semanas integrantes del gabinete han acercado posiciones con legisladores de la UCR, el PRO y la Coalición Cívica, entre otros, tratando de lograr el número necesario para tener dictamen y tratar el proyecto. Pero la tarea no es sencilla. Sobre todo porque en todos esos bloques existen diferentes pruritos a la hora de levantar la mano.
Las conversaciones, acercamientos, concesiones y acuerdos se complican cada vez que Javier Milei abre la boca. Ocurrió luego de entrevistas en las que Milei criticó a los legisladores a los que les está pidiendo el voto. Pero el discurso en Davos ataca los principios y valores incluso de aquellos que están empujando para aprobar la ley ómnibus para darle gobernabilidad.
Milei no solo cuestionó el pensamiento socialista sino también a los capitalistas "neoclásicos" que creen que los monopolios son una falla de mercado. Para Milei la única falla de mercado es la intervención estatal en cualquiera de sus aspectos. "Un ejemplo de las supuestas fallas de mercado que describen los neoclásicos son las estructuras concentradas de la economía. Sin embargo, es precisamente la acumulación de capital lo que explica el crecimiento exponencial del PIB global en los últimos 200 años. Porque es la acumulación de capital y la división del trabajo lo que permite aumentar la productividad y obtener rendimientos crecientes a escala", aseveró ante políticos y empresarios de todo el mundo.
Tampoco facilitó el trabajo de sus negociadores al criticar al feminismo. Milei le está pidiendo el voto en el Congreso a diputadas que llevan años embanderadas con esa lucha a la que el califica como "ridícula". "Dado el estrepitoso fracaso de los medios colectivistas y los innegables avances del mundo libre, los socialistas se vieron forzados a cambiar su agenda. Dejaron atrás la lucha de clases basada en el sistema económico para reemplazarla por otros supuestos conflictos sociales igual de nocivos para la vida en comunidad y para el crecimiento económico. La primera de estas nuevas batallas fie la pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer", disparó. "En lo único que devino esta agenda del feminismo radical es en mayor intervención del estado para entorpecer el proceso económico, darle trabajo a burócratas que no le aportan nada a la sociedad, sea en formato de ministerios de la mujer u organismos internacionales dedicados a promover esa agenda", sostuvo.
Pero también cargó contra los discursos ambientalistas y acusó a los países ricos de hacerse ricos explotando legítimamente sus recursos naturales pero ahora "pretenden expiar sus culpas castigando a los países más pobres impidiéndoles desarrollar sus economías por un presunto crimen que no cometieron".
"Lamentablemente estas ideas nocivas han pregnado fuertemente en nuestra sociedad. Los neo-marxistas han sabido cooptar el sentido común de occidente. Lograron esto gracias a la apropiación de los medios de la cultura, de las universidades y si, también, de los organismos internacionales", aseveró Javier Milei dejando claro que no solo está en la vereda de enfrente del kirchnerismo. Está del otro lado de todos.
Las palabras de Milei fueron martillazos celebrados por libertarios de todo el mundo. "Por suerte, somos cada vez más los que nos atrevemos a levantar la voz. Porque vemos que si no combatimos formalmente estas ideas, el único destino posible es que cada vez vamos a tener más estado, más regulación, más socialismo, más pobreza, menos libertad y, en consecuencia, peor nivel de vida", expresó el presidente argentino.
Pero esos martillazos ponen en riesgo la base de acuerdos que trabajosamente comenzaron a conseguir los negociadores de La Libertad Avanza. En consecuencia, no hizo más que alimentar los temores de aquellos temen que la búsqueda de consensos en el Congreso termine en la basura y que Javier Milei busque otra vía para avanzar con su plan reformista. El discurso Milei fue demoledor y como consecuencia podría destruir los endebles puentes que habían comenzado a tenderse con la oposición.
