El primer día de mayo amaneció con una sorpresa para los argentinos que acudieron a cargar combustible ya que los precios habían subido nuevamente. Este aumento, que afecta tanto a la nafta como al gasoil, se produce a pesar de la reciente decisión del Gobierno de postergar la actualización del impuesto a los combustibles hasta el mes de junio.
El anuncio de la postergación del incremento impositivo, que originalmente estaba previsto para mayo, generó expectativas de estabilidad en los precios de los combustibles. Sin embargo, la realidad fue otra. La devaluación y la necesidad de recomposición de precios por parte de las petroleras llevaron a un ajuste que impactó directamente en los surtidores de todo el país.
El Ministerio de Economía emitió un comunicado reciente donde señalaba que "El Poder Ejecutivo Nacional publicará un Decreto en el Boletín Oficial, a través del cual se diferirá la fecha en la que tendrá efecto la actualización correspondiente al Impuesto a los Combustibles. La medida implica que no habrá incremento alguno por dicho concepto en el mes de mayo". Sin embargo, esta decisión no evitó que los precios de los combustibles se ajustaran al alza.
El aumento, que varía según la región y la marca, representa un nuevo golpe al bolsillo de los consumidores, quienes ya venían lidiando con una escalada en los precios de diversos productos y servicios en un contexto económico complejo.
