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Malvinas

Cancillería investiga la presencia de un remolcador chileno que operaba sin autorización en aguas argentinas

La Prefectura Naval argentina advirtió el 14 de abril pasado el desplazamiento de dos buques, el Beagle, de bandera chilena, que aparentemente se encontraba remolcando al pesquero “Am Fong número136, de bandera taiwanesa. “Navegaban a velocidad reducida dentro de la Zona Económica Exclusiva del país, al través de la ciudad de Comodoro Rivadavia, a 245 millas náuticas de la costa”, describió esa fuerza en un comunicado. De acuerdo a la Prefectura, “las embarcaciones mencionadas presentan la particularidad de haber zarpado de las Islas Malvinas simultáneamente, con rutas idénticas, lo que sugiere que el remolcador podría estar prestando asistencia al buque pesquero “AN FONG NO.136″ (IMO 9777979)”.

Ante esta situación, varios legisladores chilenos de diferente extracción política realizaron pedidos al gobierno de Chile que encabeza Gabriel Boric, para que se investigue el incidente. Le solicitaron al canciller del país vecino, Alberto van Klaveren, que proporcione mayores precisiones sobre el tema.

La ministra vocera del gobierno trasandino, Camila Vallejo, sostuvo que el ministerio de Relaciones Exteriores está recabando antecedentes para tener “información clara, certera y oficial” y así dar “mayor tranquilidad”.

Desde la Cancillería argentina, en cuya sede del Palacio San Martín se produjo ayer una reunión Reunión de Consultas Políticas y la VI Reunión de la Comisión Binacional de Comercio e Inversiones entre diplomáticos de ambos países, son muy cautos respecto de esta situación. Por eso no emitieron ningún pronunciamiento oficial. “Todavía se están haciendo las averiguaciones correspondientes”, dejaron trascender.

En el operativo en el Mar Argentino estuvo el guardacostas GC-28 Prefecto Derbes, en colaboración con los Servicios de Tráfico Marítimo y de Buques Guardacostas. Ambos buques, el de bandera chilena y el de bandera taiwanesa, fueron desviados con rumbo a Montevideo.

De acuerdo al decreto 256/10, concordante con la Ordenanza 01-10 de la Prefectura, “todo buque o artefacto naval que se proponga transitar entre puertos ubicados en el territorio continental argentino y puertos ubicados en las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, atravesar aguas jurisdiccionales argentinas en dirección a estos últimos y/o cargar mercaderías a ser transportadas en forma directa o indirecta entre esos puertos, deberá solicitar una autorización previa expedida por la autoridad nacional competente”.

El martes 26 de marzo de este año se había detectado un buque chino que estaba 12 millas adentro de la Zona Económica Exclusiva a la altura de Caleta Olivia, en Santa Cruz. No se le halló mercadería derivada de la pesca ilegal y por eso fue liberado. El ministro de Defensa, Luis Petri, sostuvo en esa ocasión que por órdenes del presidente Javier Milei se reforzó el control y la vigilancia del espacio aéreo para salvaguardar los recursos ictícolas del Mar Argentino, en una afirmación de soberanía territorial.

Un cambio clave, señalaron fuentes de Defensa en esa oportunidad a Infobae que participó del operativo junto a Petri, es que a diferencia del largo patrullaje que hacían las naves argentinas, desde Mar del Plata hasta Ushuaia, ida y vuelta, un trayecto cercano a los 2.000 kilómetros que insume varios días, ahora los buques argentinos cambiarán constantemente de derrotero y a los infractores que operan y depredan el Mar Argentino les será más complicado predecir su accionar para no ser detectados.

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