El norte de Tierra del Fuego es vivir la naturaleza indómita entre llanuras doradas, mar y ríos. El turismo rural y la pesca deportiva son los grandes protagonistas.
Tierra de misterios y expediciones, de fuertes vientos que muestran el poder de la naturaleza y grandes olas que dejan en claro que los confines del mundo están cerca. Dejando atrás Tolhuin, el “Corazón de la isla”, la Ruta Nacional Nº 3 conduce hasta la ciudad de Río Grande, en el extremo noreste de la provincia. Fundada como localidad ganadera y agrícola en 1921, la segunda ciudad de Tierra del Fuego ofrece paisajes distintos que conectan con la contemplación y la calma, el turismo de estancias y la pesca deportiva de los especímenes más grandes de trucha.
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El camino al Cabo San Pablo y Santo domingo
El mito de Terra Australis Incognita (la tierra desconocida del sur) refleja los misterios de una zona inexplorada, de naufragios, a la que solo se atrevían los avezados navegantes y expedicionarios de todo el mundo. Entre leyendas de fantasmas, monstruos y seres desconocidos, emplazado a unos 80 kilómetros de Río Grande, Cabo San Pablo se ha convertido en un punto muy visitado para realizar caminatas por la extensa costa. Desde allí es posible ver el famoso naufragio del buque carguero Desdémona, que yace encallado en la arena desde 1985, y visitar el faro inclinado, testigo de los relatos de misterio. El recorrido para llegar bordea cascos de estancias entre bosques de lengas, ríos y acantilados que llegan al mar, y al pasar, los guanacos, zorros y cóndores se pueden ver a simple vista. Desde los acantilados se puede tener una excelente panorámica de la zona.
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Otro de los lugares recomendados es el Cabo Domingo, en las afueras de la ciudad. Con una altura de 100 metros, se puede ascender hasta él por un sendero que lleva hasta la cima. Desde allí, la vista al mar es magnífica, sobre todo para observar los atardeceres luego de días eternos de muchas horas de luz.
Pesca deportiva y turismo rural
Las estancias fueron el pilar que posibilitó el desarrollo de Río Grande y del resto de la zona norte de la Tierra del Fuego. Algunos de los establecimientos históricos ofrecen al turista alojamiento, gastronomía y actividades para realizar en sus predios. Las cabalgatas guiadas y la observación de actividades como la esquila de ovejas son muy populares entre los visitantes. Como corolario de la jornada, el asado de cordero a la estaca es una exquisitez que merece ser probada.
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La pesca deportiva ocupa sin duda un sitio privilegiado entre las actividades al aire libre en esta región. Con una serie de lodges que se extienden a lo largo de los ríos Grande e Irigoyen, los ejemplares de trucha marrón anádroma que se pueden pescar en el norte de la isla llegan a pesar hasta 15 kilos. La calidad de los especímenes, sumado a las largas horas de luz del verano austral, hacen que Río Grande tenga una fama internacional entre los profesionales y aficionados a la pesca.
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