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Los fabricantes de cigarrillos apuestan fuerte por la reducción de daño del tabaco

Desde hace casi una década, la industria tabacalera decidió darle un viraje a su modelo de negocios original. Por caso, una empresa como Philip Morris Internacional (PMI) ha invertido más de USD10.700 millones en el diseño de dispositivos electrónicos libres de humo.

En medio de ese escenario, en los últimos años, tanto los cigarrillos electrónicos como los sistemas para calentar tabaco han sido aceptados por los reguladores de países como Japón, Italia o Suecia. No obstante, hasta el momento, no corren la misma suerte en Argentina.

El 27 de marzo pasado, el Ministerio de Salud publicó en el Boletín Oficial la Resolución 565/2023 que prohibe la comercialización de los productos de tabaco calentado.

Con respecto a la decisión del Gobierno local, el cirujano argentino Diego Verrastro -participante del encuentro The E-Cigarette Summit que se desarrolló en esta ciudad- asegura que "prohibir es un error ya que la prohibición aumenta la venta de cigarrillos convencionales. En varios países como Estados Unidos, Chile o Paraguay los dispositivos están en vías de regularse y en otros lugares ya se aceptaron. Está comprobado científicamente que estos aparatos son un 95% menos dañinos que el cigarrillo tradicional".

Por su parte, Andrea Costantini, Directora de Relacionamiento Científico de PMI -casa matriz de Massalin Particulares-, coincide con su colega. "La decisión del Ministerio de Salud es errónea. Coarta la posibilidad de 7 millones de fumadores argentinos de tener una alternativa para dejar el cigarrillo. Estamos dispuestos a brindar toda la información que necesiten para que esto pueda revertirse".

En ese mismo sentido se viene expresando Asovape, una asociación que nuclea a aquellos que practican el vapeo en el país.

 

Efecto negativo

Como consecuencia de la decisión del organismo de Salud, Massalin decidió poner freno a un proyecto de inversión de USD300 millones que tenía planificado para Argentina con el objetivo de reconvertir su negocio.

Según la compañía, en sus considerandos, la Resolución recurre a inexactitudes respecto a referencias científicas utilizadas. Por ejemplo, ignora que algunos productos de tabaco calentado, como el IQOS, han sido validados científicamente por autoridades de distintos países y aseguran que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) autorizó dos veces su comercialización.

En la actualidad, los productos libres de humo representan casi el 35% de los ingresos netos de PMI en el primer trimestre y eso encamina a la compañía a alcanzar la meta del 50% para 2025. Además, la expectativa de la empresa es que con los marcos regulatorios apropiados, las ventas de los cigarrillos tradicionales puedan extinguirse en unos quince años.

Hoy en día, hay 1.000 millones de fumadores de cigarrillos en todo el mundo, de los cuales 8 millones mueren anualmente. Se calculan que unos 87 millones de personas utilizan algún tipo de dispositivo electrónico para reducir el daño que ocasiona el tabaco.

En ese sentido, durante su exposición, Sonia Johnson, Director General of the Tobacco Control Directorate Health Canada, aseguró que "aunque los productos vaping son relativamente nuevos y la investigación sobre sus efectos a largo plazo está en curso, los investigadores ya han establecido que cambiar completamente a la nicotina vaping es menos perjudicial que seguir fumando".

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