Este fin de semana, fue noticia en medios especializados que para hacer frente a la crisis inmobiliaria, Portugal anunció un paquete de medidas por 900 millones de euros que pone fin al plan «Golden Visa» y que a su vez prohíbe nuevas licencias para Airbnbs y otros alquileres vacacionales de corta duración.
No es de extrañar. El crecimiento descontrolado de los alquileres temporarios no es un fenómeno local, ni siquiera regional; mientras se eleva el número de viviendas ofertadas con fines turísticos se achica el margen de viviendas disponibles para alquileres permanentes.
Tierra del Fuego no queda al margen de la problemática y es por esto que el propio gobernador Gustavo Melella ha confirmado que se trabaja en una herramienta legal para comenzar a regular un mercado que crece de forma temeraria y amenaza con agravar la crisis inmobiliaria que ya padece la provincia.
“Vemos que se están construyendo muchos edificios y eso está muy bien porque crece la construcción, pero lo que propiciaremos es que cada vez que se construya un edificio o departamentos para alquiler temporario, el 30% esté destinado al alquiler de vecinos o vecinas de la ciudad. Van a tener una rentabilidad muy buena, pero a un precio muy razonable para el bolsillo de las y los ciudadanos”, dijo en diciembre pasado el mandatario, adelantando el envío de un proyecto al Concejo Deliberante de Ushuaia.
“Se impulsará una ordenanza para suspender por un año las habilitaciones municipales que tengan que ver con alojamiento temporal, así los que tienen se lo vuelven a alquilar a vecinos y vecinas de la ciudad, como se hace en otras grandes ciudades del mundo. Esto hasta que podamos seguir entregando y construyendo más viviendas, y acompañamos el gran esfuerzo que hacen los municipios en dar suelo urbano”, especificó.
No debería sorprender a nadie la necesidad de regular la aparición de nuevos alquileres temporarios si se tienen en cuenta las estadísticas actuales sobre el crecimiento de esta modalidad en la capital provincial.
Según datos de AirDNA que aúna la oferta de las plataformas AirBnB y Expedia, la Ciudad de Buenos Aires encabezó en 2022 el ranking local de alojamientos turísticos temporarios, de los cuales sólo 299 están registrados, seguido de Mendoza, y automáticamente después, en tercer lugar, figuró Tierra del Fuego, con 760 opciones y solo 200 registrados.
Pero solo en los últimos días ese número creció a 910 alquileres activos, de las cuales el 86% son viviendas completas; el principal beneficiario es, claro está, AirBnB: el 96% de esas plazas se ofertan a través de esa plataforma. Esto quiere decir que en apenas meses creció un 20% la oferta de alquileres temporarios en Ushuaia,
¨El crecimiento actual se debe a varios factores: en la pandemia, la hotelería estuvo prohibida y los alquileres temporarios, al no estar alcanzados por ninguna ley, pudieron operar tranquilamente. Por otro lado, es un negocio ampliamente más rentable: no deben cumplimentar ninguna norma de seguridad eléctrica, de incendios, de policía, entre otras, ni certificar las obligatorias actualizaciones anuales que deben realizar sus pares hoteleros. Tampoco deben tener registrado al personal ni abonan impuestos¨, señala Roberto Amengual, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT).
¨Esto ha dinamizado mucho la captación de inversores por parte de desarrollistas que arman estos proyectos. CABA es un gran ejemplo: entre el 2016 y 2022, la hotelería formal creció un 8%. Los alquileres temporarios turísticos crecieron un 124% en cantidad de habitaciones¨, aseguró.
Con un costo promedio de 76 dólares la noche en Ushuaia (unos $14 mil a cambio oficial), no es de extrañar que Tierra del Fuego, como sucede con otros fenómenos, no sea una excepción.
