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Tolhuin

Fue vital la recuperación de la pista de aterrizaje de Tolhuin

El presidente de la Dirección Provincial de Vialidad, Edardo “Quique” Sandri, rescató la trascendencia de haber recuperado hace algún tiempo, desde la repartición que conduce, la pista de aterrizaje de la localidad de Tolhuin, que hoy cobra trascendencia en virtud de dar prestación a los helicópteros y aviones hidrantes que combaten el incendio en la reserva Corazón de la Isla.
Sandri destacó por FM Master’s que “la utilidad que nos ha dado la pista, que felizmente alcanzamos a sellarla y a hacerle el alambrado para que se pueda operar con seguridad -siempre andaban caballos por ahí- ha sido grande, ha sido de gran utilidad”.

La injerencia sobre la pista fua traspasada hace más de un año a Vialidad Provincial, justamente con la intención de ponerla a funcionar tras su virtual abandono: “alguien algún día la hizo, significó una gran inversión y quedó tirada. La recuperamos, la pusimos en valor y hoy nos damos cuenta, todos, la importancia de la pista” donde hoy operan los tres aviones y dos helicópteros, más otro que se sumaba este miércoles.

También mencionó el funcionario la iniciativa desde Vialidad de disponer de su maquinaria y vehículos para el combate del incendio en Tolhuin. Así lo describió: “Cuando esto se desató, yo preventivamente concentré los equipos más pesados en Tolhuin, que los teníamos desparramados por toda la isla. Nos quedamos atentos y cuando nos requirieron algún servicio, nos trasladamos rápidamente a la estancia Los Cerros y la zona de La Rinconada”.

“Felizmente detrás de eso se sumaron muchas empresas particulares” reconoció Sandri ese momento. Cuando Vialidad Provincial puso en movimiento las máquinas en el lugar “nos llamaron y se pusieron al servicio. Los recursos nuestros son limitados, sumamos cuatro topadoras, entre ellas la de Vialidad Nacional también. Se pusieron un poco al servicio nuestro para dar una mano, con la mejor voluntad”.

El grupo Zapco, de Fernando Zapata, la empresa LogAnt, de Darío Loreto, ConVialFue, de la familia Bronzovich, y la constructora Canga, fueron las compañías que colaboraron. Sandri destacó “lo de ‘Poroto’ Bronzovich, ese chico es un animal, por ahí no comía, no dormía, a las once de la noche estaba en su máquina adentro del monte haciendo camino. Una cosa impresionante”.

La tarea con esa maquinaria fue la de hacer los llamados cortafuegos, “que no son tales. Ayudan, pero en realidad lo que hacemos es hacer caminos para que puedan acceder los bomberos con los equipos de ataque del fuego” explicó, dado que una senda abierta en el monte, cualquiera sea su ancho, con el viento reinante es imposible que detenga el fuego: “pasa por arriba, ayuda un poco, pero para hacer un cortafuego deberías desmontar 100 metros de ancho mínimo, e igual se pasaría” calculó.

Confió además que, a medida que iban avanzando con las máquinas, fueron apagando el fuego que encontraban “a la manera nuestra, nosotros no somos bomberos, lo apagábamos tapándolo con tierra. Lo pudimos contener, había mucho riesgo en esa zona” recordó, enfatizando en la colaboración “de mucha gente que se aggiornó y se puso a trabajar”.

En términos preventivos para evitar nuevos siniestros como el actual, y a título estrictamente personal en base a su experiencia, Edardo Sandri opinó que no debería quemarse más el desperdicio, el despunte de madera de los aserraderos. “Lo pienso desde hace muchos años. Debería incentivarse a algunas industrias que le pueda dar algún tratamiento a ese desperdicio, que es de gran volumen. Tal vez pellets de madera para la salamandra, o chipear la madera, quizás abono. Pero no debería quemarse más” propuso finalmente.

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