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Actualidad

La "doble jornada" laboral, el desafío para las madres

¿Cuántas veces escuchamos decir que la maternidad es un trabajo de tiempo completo? Seguramente muchas más de las que nos detuvimos a pensar en el verdadero significado de esa frase.

Si ser madre es un trabajo de tiempo completo ¿cómo se conjuga eso con la vida de una mujer profesional que comienza a transitar su embarazo?

La equidad laboral implica, entre muchas cosas, igualdad de oportunidades para hombres y mujeres y condiciones justas para la participación en el mundo laboral sin distinción de género, sin embargo, es de público conocimiento que, al día de hoy, la elección de ser madre a la vez que mantener una carrera profesional, continúa siendo un desafío.

A pesar de que en los últimos años la Ley de Contrato de Trabajo ha ampliado los derechos de las mujeres embarazadas y madres, promoviendo flexibilidad y reducción de los horarios, espacios para la lactancia, guarderías y aumentos de los salarios a partir de la llegada de un hijo, socialmente aún se espera de las mujeres madres que ejerzan su rol desde la incondicionalidad, renunciando a ser mujeres, profesionales, trabajadoras, amantes, para dedicarse exclusivamente a la crianza.

La brecha persiste

 

De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) sobre el impacto del COVID-19 en los hogares del Gran Buenos Aires, en el 65% de los casos encuestados, durante la pandemia la carga del cuidado de los niños aumentó y fue absorbida sobre todo por las mujeres.

Las brechas de género en toda la región siguen siendo considerables y las dificultades de las mujeres para trabajar se profundizan llegado el momento de ser madres, lo que nos lleva a pensar que el hecho de ampliar derechos legislando al respecto, no necesariamente se traduce en un cambio social y cultural.

Teniendo estos temas en mente, es nuestra responsabilidad dentro de las organizaciones dar pasos significativos en dirección a favorecer ese cambio cultural, debemos brindar a las madres la seguridad de que su trabajo es valioso en la empresa, privilegiando el diferencial de la persona por sobre el hecho puntual del tiempo que llevará el proceso de ser madre.

Es preciso elevar el nivel de concientización a través de charlas e intercambio de experiencias, permitiendo que en las oficinas predomine la resiliencia y la empatía, además del desempeño laboral.

Pero, más allá de lo cultural y la responsabilidad de cada organización, resulta fundamental fomentar políticas que promuevan la corresponsabilidad ante tareas en el hogar, así como aquellas que permitan conciliar la vida laboral y familiar son pilares fundamentales para promover la participación femenina en el mundo del trabajo y mejorar la calidad de los empleos reduciendo las brechas de género.

Un mundo más inclusivo se logra a través de la concientización y la acción conjunta de todos los actores dentro de la sociedad, para impulsar verdaderos cambios culturales y que cada año, llegado el momento de conmemorar el día de la madre, nos encuentre con nuevas conquistas y avances en materia de derechos y oportunidades.
*Florencia Tristan es HR Manager para Cono sur de Kimberly-Clark.

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