“Cuando la Vicepresidenta declare vamos a acompañar en forma masiva a esa movilización”, dijo Moyano. Sabido es que sólo la mención de Cristina Fernández agita el siempre inestable equilibrio cegetista a punto tal de que luego del atentado y en medio de la discusión sobre qué tesitura fijaría ese consejo directivo desde los núcleos más distantes al kirchnerismo se aseveró que “cuando se habla de unidad del peronismo la Vicepresidenta en realidad busca capitalizarla para su sector”.

Lo cierto es que cuando la CGT fijó seguir la evolución de los acontecimientos y mantener el estado de alerta”, a través de un comunicado no pocos integrantes del consejo directivo pensaron nada más que en “dejar correr el tiempo”.

Entre reproches y distracciones

Sin embargo la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) planteó puertas adentro y a la luz pública que no había lugar para “desentendimientos” sino que era tiempo de fijar posición. Uno de esas voces fue el secretario general de la UOM Abel Furlán, quien enfatizó “el movimiento obrero fue señalado por Perón como la columna vertebral del peronismo. Me pareció que debió repudiarse el ataque a la Vicepresidenta realizando un paro y movilización”.

El metalúrgico asumió la grieta en la central obrera y dijo que “si bien todavía no hemos podido encontrar los consensos para hacerlo, mi organización mantuvo esa postura en la interna de la CGT”. Por estas horas la posibilidad de movilizar el viernes 23 finalmente, sumó músculo gremial, ya que el Fresimona y la CFT coinciden al respecto. Incluso más allá de la sintonía que comparten ante sectores dialoguistas y anti kirchneristas de Azopardo, en la Corriente esperaban desde hace semanas que el moyanismo insistiera con la moción para marchar, ya que admiten que en la estructura cegetista, por sí solos, no logran mayoría para imponer decisiones.

Recuerdo fresco incluso en cuanto a que para activar la marcha del 17 de agosto la CGT discutió desde mayo, atravesando discusiones sobre la recorrida y ejes del reclamo. Y herida interna abierta es que Moyano se encargó de marcar la cancha tanto en la movilización como en la conferencia de prensa posterior. Aquella actitud del camionero hizo que quienes no comparten su dinámica amagaron con alejarse de la CGT como publicó este medio, cuestón que todavía no prescribió.

En el moyanismo mientras tanto repasan algunas facturas también recientes, como la asistencia de dirigentes del Fresimona junto a Hugo Moyano, al homenaje a Juan Domingo Perón que se realizó en Azopardo con la presencia de Alberto Fernández.