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Se cumplen 40 años desde el asesinato de una nena durante la dictadura en Río Grande

El próximo lunes se cumplen 40 años del asesinato de Marcela Andrade en un retén militar, apostado entre la Misión Salesiana y el Cabo Domingo. El hecho fue silenciado desde los oscuros años de la dictadura y la familia habló por primera vez. Ocurrió en plena guerra de Malvinas, un día antes de la rendición. Nunca se les dio explicación alguna ni se supo quién disparó la bala asesina. “La gente no supo lo que pasó y hasta el día de hoy no se sabe; se acuerdan de la guerra, pero no de que hubo una nena muerta de esa forma”, dijeron dos de las tías que iban en el auto, junto con otros integrantes de la familia que sobrevivieron. El lunes se colocará una placa en la Escuela 2 y se realizará una misa en su memoria.

El 13 de junio de 1982 las hermanas María del Carmen Torres y Esterlina Torres, con su cuñada Elsa Carranza y los pequeños Emiliano Torres de 3 meses, Federico Torres de un año y medio y Marcela Andrade de 9; paseaban en su Renault 12 como lo hacían habitualmente los domingos, planificando volver a su casa antes de las restricciones horarias impuestas por el momento de guerra que vivía el país y que se sentían muy fuerte en Río Grande; sin embargo la familia sería involuntaria protagonista de una trágica historia, que sale a la luz 40 años después.

Elsa Carranza y Esterlina Torres, dos de la sobrevivientes del hecho que le costó la vida a la pequeña Marcela Andrade, contaron lo sucedido arrancando por el contexto de guerra y mencionaron que “en esa época había oscurecimiento en la ciudad a partir de las 7 de la tarde, a  pesar que era invierno y acá oscurece temprano. Pero no había tele, no había información, salvo lo que se pasaba alrededor de las 10 de la noche en la radio que teníamos en casa sobre los soldados caídos y lo que había pasado”, relató Esterlina.

También contó otro momento cuando “salió un submarino acá cerca del mar, empezaron a sonar las sirenas y todo el mundo –como ya estábamos enseñados- nos metimos debajo de las mesas, tapados con frazadas, y estuvimos por alrededor de una hora así. Hasta que finalmente era un submarino argentino, cuando se creía que era inglés; esos fueron algunos de los hechos que transcurrieron desde el 2 de abril hasta el 14 de junio, que fue la fecha de la rendición”.

Mencionaron que el padre tenía un comercio, al cual concurrían habitualmente los soldados conscriptos y el papá siempre les daba raciones mayores de pan o fiambre que las que podían comprar, sabiendo “que no les daban grandes raciones de comida, algo que pasaba a nivel país porque pasaban necesidades. Pero papá me acuerdo que colaboraba, tenían para comprar 200 o 300 gramos de algo y él les daba más, porque eran chicos de 18 años y estaban a veces muertos de frío, en un invierno muy distinto al que tenemos hoy”, relato.

El asesinato de Marcela

Pasando a lo sucedido aquel 14 de junio de 1982, Elsa repasó quienes iban ese día en el auto y dijo que habían decidido “ese domingo, en el comienzo del mundial, dar una vuelta por el pueblo y tomar un poco de aire; porque a las seis o siete de la tarde había que estar adentro y no se podía salir. Nos fuimos para el lado de la Misión, a eso de las 4 o 5 de la tarde, era un día de sol y emprendimos el paseo”.

La conductora era Carmen Torres, mamá de Marcela, y al pasar la Misión Salesiana encontraron un retén militar que les indicaba a los autos que no podían y pasar y debían retornar hacia la ciudad. Elsa dice que delante de ellos iba un auto “con un matrimonio mayor y da la vuelta en u como pensábamos darla nosotros”. Pero en ese momento “cuando terminábamos de  dar la vuelta, sucede lo inesperado y sentimos una gran explosión dentro del auto y de pronto no veíamos nada, porque un polvo blanco quedó dentro del auto, nos tapaba la visión y no entendíamos que sucedía”, señaló la mujer.

En ese momento pensaron que era “un ataque aéreo de los ingleses”, no sabían cómo reaccionar y al frenar la vieron a Marcela “con un impacto en la cabeza”. Fue cuando bajaron del Renault 12 “sin entender que pasaba, mientras la mamá de Marcelita se quedó dentro del auto con ella”, relataron. Fue entonces cuando llegó un grupo de efectivos de los que estaban apostados “corriendo, gritando y entre ellos se preguntaban que habían hecho, por qué habían disparado”, dijeron.

Entonces señalaron que “uno de los soldaditos se subió al auto y dijo vamos al hospital, llevando a la mamá de Marcelita y a ella”.  Marcela murió de inmediato y el resto de la familia fue trasladada por una persona que circunstancialmente pasaba por el lugar. Dicen que nadie se acercó en ese momento, desde el BIM 5 o alguna autoridad, para explicarles lo que había sucedido y que “solamente después nos llamaron de la policía para declarar, yo conté los hechos tal cual sucedieron, pero nunca hubo una devolución o una explicación de nada”.

Una familia en soledad

La familia tuvo que esperar tres días, para que le entregaran el cuerpo de la pequeña Marcela asesinada por una bala que nunca se supo quién disparó, ni por qué motivo. “Quedó en el seno familiar lo que había pasado, porque nunca se hizo público, nunca salió en un diario, en una radio”, confirmaron, recordando que los únicos medios eran Radio Nacional y el Canal 13, ambos en manos de las autoridades de facto.

“Ningún medio se ocupó de informar esto, la poca gente que lo sabía era porque nosotros lo contábamos o se habían enterado del velorio. Y obviamente nadie era libre de decir lo que quería, nadie podía expresar una opinión, eso era  dictadura pura y no se podía ni preguntar. Nos llamaron a declarar por protocolo, pero para nada. La gente no supo lo que pasó y hasta el día de hoy no se sabe; se acuerdan de la guerra, pero no de que hubo una nena muerta de esa forma”, remarcó Elsa Carranza.

Con esa carga siguió la familia en soledad, frente al poder totalitario de los militares y el reconocimiento, 40 años después, de que “en las dictaduras pasan esas atrocidades, como pasó con tantos desaparecidos”. De todas formas creen que hoy, a punto de cumplirse 40 años del asesinato de Marcela Andrade, es importante “que la comunidad se entere, que se sepa, y que cada 2 de abril cuando se hace semejante acto por las Malvinas en un lugar tan bello para ese acto, que también se recuerde que esto sucedió en esa época”, concluyeron.

Vale mencionar que este lunes, cuando se cumplen efectivamente los 40 años transcurridos desde el asesinato de Marcela Andrade, se entregará en la Escuela 2, dónde concurría la niña al 4º grado A, una placa para ser colocada en el establecimiento. Además, a las 19 horas, se realizará una misa en su memoria a las 19 horas en el Colegio Don Bosco, en esa misma jornada.

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