El domingo llegó a su fin una nueva versión del evento que mueve multitudes en la Tierra del Fuego: la Vuelta. Si bien todavía no se habían oficializado los ganadores, hay cosas que quedaron en claro tras los dos días de carrera.
Su rival principal era Ariel Lenti, que quedó desactivado tras un fuerte golpe en el inicio de la etapa y Leandro Pérez tampoco tuvo fortuna, quedando afuera.
Gastón Martínez no visualizaba otra cosa que la punta, descontar la ventaja, pasando a liderar en el camino la vuelta hacia Río Grande aunque siempre controlado por Aguilar, inteligente y capaz.
Se puso a menos de dos minutos en Tolhuin y apretó todo el camino hacia José Menéndez con un Aguilar que controlaba la situación, que llegó a superarlo, cuidando en los kilómetros finales para ganar con una renta mínima. En el día de su cumpleaños, ni más ni menos.
Maxi consigue su segundo triunfo en la VTDF tras el obtenido en 2019. Maxi Quinteros se bautizó en Motos Open tras una ardua lucha con Brizuela. Daniel Medina sostuvo una contundencia temible en la Pro Master. Pecho Andrade arrasó en la Master y lo de Franco Prokopiw, para sacarse el sombrero en Moto Novato.
Por su parte Daniel Cárdenas hizo gala de su calidad, su experiencia, su sabiduría, para quedarse con la Challenger de forma definitiva en los cuatriciclos. Fiel a su estilo, persistente hasta el final sin importar el contexto. Cinco triunfos en la general marcan su jerarquía, solo detrás de “Poroto” Bronzovich.
La hizo más sencilla, con gran diferencia en el sector de Ushuaia y Tolhuin, para definir la carrera. De todas maneras no aflojó nunca, más allá de lo bien posicionado que estaba en el camino y los tiempos.
La polémica estuvo con las penalizaciones, porque Facundo Melogno había ganado la ATV Pro y perdió dicha condición con el ushuaiense Martín Ortega, quien heredó el triunfo. Más que merecido estreno dentro del selecto grupo de vencedores.
Favio Páez se sacó la mufa en la Pro Master, Patricio Chacón fue el mejor de los 4×4, Gastón Vargas ganó la definición más apretada de todas y la gente le volvió a poner un marco único al enduro más antiguo del país.
Muchos abandonaron en el comienzo de la etapa, otros subsistieron para cumplir el objetivo, pero la dureza quedó de manifiesto en el físico y la parte mecánica, siempre protagonista de la performance.
Punto positivo para la restricción de la circulación en la Ruta Nacional N° 3, lo que hizo más fluido el tránsito, sobre todo en la primera etapa.
El clima no fue austero, sí con mucha agua, aunque perdonando el frío y con poco viento lo que ayudó a los pilotos para no sufrir tanto en las condiciones que propone la VTDF.
Pasó una edición más y lo que no cambia es la pasión, pasión fueguina.
