Internet. Una mezcla de realidad virtual, modas, tendencias, y pretensiones de nuevos

comportamientos sociales. ¿Una nueva normalidad? ¿Para quién? Lo cierto es que hoy

hay muchas dudas al respecto del potencial de esta iniciativa, así como también de los

riesgos ocultos.

El fundador y CEO de Meta, Mark Zuckerberg, habló de planes para gastar USD 10 mil

millones solo este año en el desarrollo del Metaverso. Semejante cifra no debería pasar

desapercibida, y el poder de Meta tampoco.

Ulises Alzogaray, Director General de Bitwage en Argentina comentó: En las últimas

semanas se ha hablado mucho de meta, del metaverso y sus implicancias prácticas en la

vida de las personas. El concepto no es tan complicado de entender”

“Se trata de la implementación de la realidad virtual en diversidad de escenarios con el

objetivo de obtener una experiencia inmersiva a la hora de socializar, jugar, entretenerse o

trabajar. Además incluye la creación de una economía descentralizada, donde los

usuarios podrían comprar y vender NFTs, así como también proveer servicios. Es un

proyecto sumamente ambicioso que requiere la colaboración de una buena parte de los

gigantes tecnológicos y que probablemente tarde unos cuantos años en ver la luz”,

agregó.

 

“Si hoy estamos hablando de esto es por Facebook, o Meta, y es que a pesar de ser una
realidad un tanto distante desde el punto de vista técnico, el reciente cambio de nombre

de la red social despertó muchas críticas, sobre todo porque este cambio repentino

parece tener más de manotazo de ahogado que de borrón y cuenta nueva. Facebook ha

mostrado una y otra vez que no tiene reparos en aplicar controles estrictos sobre sus

plataformas, o vulnerar la privacidad de sus usuarios cuando eso le ofrece una ventaja

competitiva o económica, por lo que no es difícil imaginar lo mismo ocurriendo con Meta y

su incursión al metaverso”, opinó el Director General de Bitwage en Argentina.

Por otra parte, Santiago Cristóbal, Community Builder de Defiant, también compartió su

punto de vista con una perspectiva crítica: “En primer lugar Meta representa un retroceso

a nivel evolución de las ideas o evolución de la interacción humana”.

Y se explayó diciendo: “La ventaja de la web 3.0 es que uno puede tener propiedad de lo

que consume. Es el concepto de ownership. Mientras que en la web 2.0 uno es un simple

usuario. Esto plantea una relación jerárquica implícita, que sigue la lógica servidor-cliente,

coherente con la organización social estado-ciudadano a la que tan acostumbrados

estamos. Las empresas ofrecen productos o servicios y nosotros los consumimos. En el

mundo cripto esta relación se rompe, o por lo menos está en camino a romperse”.

“Ahora bien, cuando hablamos de metaverso estamos hablando de construir nuevos

mundos, que pueden tener lógicas distintas o similares a las del mundo tradicional.

Construir un metaverso en torno a una entidad centralizada como Meta sería renunciar a

la posibilidad de definirnos como individuos soberanos. Más allá del aspecto filosófico, en concreto estamos dando a una compañía el poder sobre nuestra identidad digital o virtual

o como queramos definirla. Facebook tiene un historial muy negativo en cuanto a

censurar a sus usuarios o vender sus datos. Estos son solo algunos de los riesgos

existentes, a nivel extremadamente superficial. Si analizamos el poder que podría tener

Meta de convertirse en la empresa o entidad reguladora del metaverso podemos caer en

modelos extremadamente distópicos, donde un grupo de individuos determine

arbitrariamente quién tiene acceso a existir o vivir según los derechos del individuo

digital”, remarcó.

Según Santiago Cristóbal, hay un riesgo importante porque podrían hacer lo que quieran

con la identidad de los usuarios: “cancelar, alterar, vender, censurar, prostituir, falsificar,

etc., etc”.

“Creo que cuesta verlo porque aún vemos nuestra identidad digital como algo separado o

separable de nuestra identidad real, pero en el momento en que ambas se fusionen es

importantísimo que tengamos nosotros mismos el control sobre quienes somos”,

consideró.

Desde Status, Eduardo Erlo, que se desempeña como Marketing manager para Latam,

reflexionó: “El Metaverso está en las noticias, y deberíamos aprovechar esta oportunidad

para distribuir el poder y dejar de concentrarlo en las mismas grandes empresas

tecnológicas”.

Haciendo un contraste con la idea de Meta, se refirió al ecosistema cripto: “El metaverso

de las criptomonedas nos está dando la oportunidad de que se preserve nuestra

privacidad y de construir una nueva internet bajo nuestros propios términos”.

Entonces, según Erlo, el riesgo que pone de manifiesto Meta está en perder la

anonimidad de nuestros datos privados y a la vez de la información financiera.

“Así que una de las soluciones es utilizar servicios que sean descentralizados por

naturaleza, por ejemplo, elegir una billetera no custodial, sobre una donde no se tenga

acceso a las llaves privadas”.

Gabriela Genovese, Community Research & Innovation Enhancer en IOV labs

(RSK+RIF+Taringa!) e impulsora del movimiento Defi4biticoin, contó que hay un fuerte

proceso de búsqueda sobre aplicaciones de las capacidades de las tecnologías

inmersivas más allá de la industria del entretenimiento.

“La pandemia aceleró ese proceso que venía dándose naturalmente. La forma de

comunicarnos a través de dispositivos como los smartphones y computadoras nos quedó

chica, para decirlo decirlo de alguna manera, frente a la demanda y la relación tiempo de

uso que construimos en estos dos últimos años. A su vez el ecosistema cripto trajo un

fuerte desarrollo de los metaversos a través de los NFT y los juegos de lógica play-to-

earn. Hay puerta abierta a la innovación nuevamente, por la adopción que hay en estos

nuevas aplicaciones”, contó Genovese.

Cuando se le preguntó a Genovese si pensaba que Meta implica más centralización,

respondió: “No necesariamente”.

“Para poder escalar y darle servicios a millones de personas de forma económica y

eficiente la tecnología Web3 es muy beneficiosa. La descentralización puede ayudar al proyecto a posicionarse en la conversación que en este momento la comunidad valora y

quiere”, agregó.

“Todas las tecnologías tiene un potencial enorme de impactar positiva o negativamente en

la vida de las personas. El smartphone es una herramienta super útil para nuestras vidas

pero también un peligro constante y una distracción permanente. Necesitamos aprender

de que se trata, educarnos, tener buena información. Creo que el mayor riesgo en este

momento esta relacionado con las cuestiones de la privacidad por un lado y por el

impacto que puede tener en la calidad de vida de las personas”, concluyó.