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Qué es el bitcoin, la criptomoneda que no para de subir su cotización y está de moda para las inversiones

Con un alza del 38% en apenas una semana que llevamos de este 2021, esta inversión digital parece no tener techo. Cada vez suma más adeptos y hace temblar a los mercados tradicionales.

El bitcoin fue lanzado oficialmente en enero de 2009 como dinero electrónico. Al principio el público en general lo miró de reojo, al no tener el respaldo de los bancos. Pasaron los años y lo que era una incógnita hoy es una realidad. Empresarios y adinerados de todo el mundo confían sus ahorros a este producto.

Lejos de encontrar un techo, su cotización sigue creciendo, producto de la demanda. Hoy jueves 7, a las 15:15 hora de Buenos Aires, su valor marcó 40.180 dólares. Hace apenas un mes, su precio era de 20 mil de la moneda estadounidense. El doble en apenas 30 días... Según los especialistas, seguirá en alza. Nadie puede predecir cuándo se frenará, aunque algunos apuestan a que llegará al millón a fin de año.

Debido a que los gobiernos de todo el mundo aumentan el gasto para hacerle frente a la crisis producida por el coronavirus, y ante el temor por la inflación y la depreciación del dólar y la falta de fe en las instituciones, los inversores depositan su confianza en este producto que, a un ritmo acelerado, les gana terreno a las inversiones convencionales.

Habiendo superado a las inversiones en billetes, hoy es uno de los rivales más directos del oro. Teniendo en cuenta que su valor se duplica en cuestión de días, cada vez más gente intenta refugiar sus activos en este tentador producto.

"Lo que ocurre ahora es muy similar a lo que sucedió en el 2013 y 2017, diferentes momentos cíclicos donde la oferta y la demanda han ido acompasadas al ritmo de la emisión de los bitcoins", señaló Santiago Siri, de Bitex, plataforma de intercambio de bitcoins.

¿De qué se trata esta forma de invertir?

Es dinero digital, por lo que el inversor nunca tendrá en su poder nada que pueda tocar con las manos, como los billetes o el oro. A través de Internet, el interesado abre una cuenta, una especie de monedero, en una entidad online (no cuenta con un edificio, como podría ser un banco), y allí empieza a operar.

Teniendo en cuenta su valor, inalcanzable para el inversor medio, existe la posibilidad de comprar un porcentaje del bitcoin. Una vez ingresado en la cuenta, dependiendo de quienes lo acepten, se pueden hacer operaciones inmobiliarias y demás transacciones.

Para tener en cuenta, las criptomonedas no están respaldadas por los gobiernos ni por los bancos. Ante esto, los especialistas advierten que ante un ataque cibernético difícilmente se pueda conseguir respaldo jurídico para recuperar lo perdido. Por eso se debe confiar en los demás inversores. Entre todos forman una gran sociedad que le pone el precio al producto a través de los movimientos financieros que se van suscitando.

Como en cualquier otra inversión, nadie puede garantizar los beneficios, pero la rapidez con la que está subiendo genera una expectativa de ganancias aseguradas en un corto plazo.

Retirarse del mercado es tan sencillo como en las operaciones tradicionales. Basta con poner en venta las criptomonedas y depositar el dinero obtenido en una cuenta bancaria tradicional.

 

Fuente: GENTE

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