Es que de los poco más de 800 policías con los que cuenta la zona norte de nuestro distrito, más de 80 están aislados, por lo que prácticamente 1 de cada 10 uniformados ha tenido que dejar de prestar servicios de forma momentánea.

Esto se debe a casos de contacto estrecho con pacientes diagnosticados con COVID-19, que en prácticamente todas las ocasiones se han dado por fuera del ámbito laboral, según aclararon desde la Policía a ((La 97)) Radio Fueguina.

Para poder continuar con los operativos y reforzar las dependencias más afectadas, se ha dispuesto que personal de distintas divisiones apoye a estos sectores. A la vez, también está en vista solicitar la colaboración de la Escuela de Cadetes, que se encuentra actualmente formando a futuros policías.

Esto hace que se descarte la necesidad de solicitar la ayuda y pedir la llegada de efectivos de Ushuaia. «Así como en su momento no fue necesario trasladar personal desde Río Grande a Ushuaia, hoy no es necesario traerlos desde Ushuaia a Río Grande», indicaron desde la fuerza.