os tabacaleros salteños encontraron una nueva forma de conservar la humedad de sus campos y mejorar sus tierras en invierno. La respuesta está en el suelo de Tierra del Fuego y se llama turba, un producto natural, que no podría definirse como mineral, ni como vegetal, pero es casi el sueño cumplido de todo agricultor.
"En 2014 el sector tabacalero importó más de dos millones de turba y, viendo que nuestros productores turberos van a tener aproximadamente unos 20.000 metros cúbicos para esta temporada, buscamos en el mes de enero, en un trabajo conjunto con Agricultura, Comercio Exterior, Comercio Interior y SENASA, posicionar nuestro producto”, contó Rosana Bertone, senadora fueguina.
Aseguró que ya "en Salta el sector tabacalero sustituyó todo con turba de Tierra del Fuego y quedaban pendientes los productores de Jujuy, que son alrededor de 800”.
"Se pactó un trabajo conjunto con el INTA para una prueba piloto, porque son sectores muy tradicionales y debían saber que funcionaba la turba fueguina”, explicó.
¿Qué es la turba?
La turba está constituida por restos vegetales, principalmente de briofitas (o musgos). Tienen una enorme capacidad para la retención de agua y por tanto, son activas creadoras de la humedad ambiental.
La enorme capacidad de retención de agua de los turbales se debe a las propiedades absorbentes del musgo Sphagnum. Los turbales cubren el 1% de la superficie de la Tierra y su formación tomó largo tiempo. Por ejemplo, un depósito de 1,5 m. de profundidad se constituyó nada menos que en 6000 años.
La turba blanca (del musgo Sphagnum) se emplea, principalmente, como combustible y aditivo de suelos. Este musgo ha sido explotado comercialmente por más de 150 años. Además, el uso de la turba como combustible ha aumentado en muchos países por la crisis energética. La industria de la turba depende de la producción del musgo Sphagnum. Este tiene propiedades que lo hacen adecuado para acondicionar suelos, como asiento para cultivo de otras plantas, entre otros usos.
